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una galaxia desde el tablero mirándome a los ojos,
una nube de polvo lamiendo mis sollozos

una galaxia tuerta en la lengua
(y me pongo a llorar cuando no puedo romper el polvo, ni el tiempo)

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.mi apego son mis ojos,
y los ojos son las vísceras raídas
que mejor le calzan al humano

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.en la esquina derecha de las sillas vacías
un pañuelo huérfano mira hacia arriba
.en la sala llena de velas y cabezas dormidas
resucita a los títeres henchidos de leucemia, la melancolía

.desde la poltrona del tiempo
un violín arranca cuerda a cuerda los dolores y los deja crepitar
y un panal de vidrios nace a cada respiro en el pañuelo para hacerlo sangrar

.entre la espera febril y la intermitencia del sol
.luego de onomatopeyas guerreras
la sábana blanca se extiende sobre los cráneos arañados por reos,
mientras las bengalas que ejecutan cerebros para ser cargamento

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.cuando los ojos de hiena se llenen de estantes vacíos y del cielo escurran lágrimas de limón sobre tu falda de terciopelo
.cuando los bailarines delineen con besos ojos en tu cuello
y las conjunciones sobren porque ya todo anda suelto en el mantel inmenso que hemos bautizado universo
.cuando los bolsillos rotos se llenen de sacos viejos y la música nazca de los oídos perplejos, yo esperaré bajo el sol, bajo la sombra del sol, para irnos muy lejos



.desde el brazo de orión y los 225 millones años de nuestra galaxia
.entre las sombras hoscas bañadas del azul de tu pelo y la matriz del infierno
un niño de aserrín va a nacer de tus dedos,
un incendio va a consumir nuestros cerebros

.cuando invoquemos al coche gigante que arrastra las infancias lejanas y los senderos
.cuando los caminos nuevos se cubran de rastros de gusanos erectos y midamos el tiempo en la distancia de mi rezo a tu pelo, dibujaré un laberinto en el cosmos mientras los insectos describen las formas de tu rareza y danzan muertos en el cielo

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.en el cielo cabalgan dos estrellas que miden el tiempo por sonrisas

.en el cielo hay rutas infinitas para delinear todas las noches que veas