miércoles, 25 de febrero de 2009

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Iba de un lado a otro, ajetreada,con una chaqueta doble faz,a cuadros por un lado y azul por el otro, los ojos cansados ,la mirada perdida,la mente (quizá) un poco más perdida que los ojos. Instintivamente,por la costumbre y como una de las pocas rutinas que conservaba agita el pocillo de moca unas diez veces,más cafe,menos azucar,para quienes la conocen, más alucinaciones de acuerdo al contenido de cafe.Mas felicidad noctámbula.
Abre la maleta,busca el rezago de aire que se perdió en el frío,una canción que repite entre las pinturas abstractas de una exposicion narcoléptica, el silbato que le salvó de un sustillo( esa mañana una moto casi la aplasta).No está. Nada esta donde ella lo deja,nada aparece cuando ella lo cree.Las cosas,como animadas por un impulso propio,se dirigen hacia donde quieren,donde les place y se sienten bien,por eso que en su habitacion todo cambia,jamás la puerta esta al mismo lado,ni el techo está arriba.A veces ocurre que la ventana se vuelve puerta,una pared es un lienzo nuevo y el espejo confirma finalmente la existencia de un sol allá adentro; incluso el tapete es diferente,un dia es reloj de arena, otro dia es escalera, otro dia desaparece, alguna vez se pega al techo.
Y asi como están-no están las cosas,pone ella orden a sus sueños y una canción que recuerda,un acordeón prístino,bello le relatan a su tacto ,a sus oidos,a su pelo,los susurros de la magia,las ilusiones de un viejo, lo que significa arrastrarse (para muchos)en un mundo no-sempiterno o volar para los que conservan los sueños.
Frota sus manos contra el cuello, oye los susurros de la noche,pero apenas si vive de ello, ella ya está en otro mundo,(es que jamás a pertenecido a este) tan hermoso, tan perfecto; y se abrocha su chaqueta, se toma el moca, se duerme.

viernes, 20 de febrero de 2009

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Comer tantas flores me ha puesto la lengua morada, y no se me quitó hasta comerme un pedazo de torta de cumpleaños de alguien que ya no está (pero eso es otra historia).
Me cuestiono desde hace cuanto me gustan las flores, y de dónde me vino eso “gusto semanal”,porque toda la semana he comido lo mismo, y sin aburrirme, lo cual, en mi caso es un reto, he de confesar que comer no es mi fuerte e igualmente no creo que la otra semana mi metabolismo marciano quiera rosas otra vez. Hasta me ha parecido un crimen°°. Algún tipo de canibalismo extraño, inusual, pero no raro.
Ayer asesine flores en el parque de los periodistas, las sazone con sésamo y leche condensada, las volví collage, alimento y fotografía, las transformé en algo que no existían, bueno, para mi, que las flores siempre han sido un tipo de comida enmascarada en su belleza para que se les compadezca°°°.
Siempre me ha gustado probar las cosas diferentes, las que dicen que no se comen y las cosas de colores, por mi boca han pasado todos los detergentes que usan en mi casa, los betunes, la tierra y el cemento, (etcétera, etcétera, etcétera) quizá lo único que no ha pasado sean los vidrios, o las espinas. Solo experimento. (eso también es otra historia). Me como el aire, los colores , el viento.Los perfumes de piel, los alientos de besos, las sonrisas moradas, las briznas del pensamiento, me lo como todo y siento tanto, y siento que a mi cuerpo no lo gobiernan mis sesos.
Pero ya no quiero flores, y es que las flores las llevo por dentro, en mis entrañas y en mi pecho, como una orgía de ideas en las que no cabalga el pensamiento,en las que apenas si éste toca las bridas de mis excelsos sueños.Y mi mundo se trastoca cuando veo mi teléfono, cuando hago tantas cosas que antes eran un abismo, cuando leo, escucho y siento, cuando me pregunto qué quiero, y para saber la respuesta no recurro a mi pensamiento. Es que no lo necesito

°°El señor gato me preguntó hoy qué eran las rosas para mi, le respondí que eran espasmos de felicidad escupidos por el cielo, y en tal caso comerme ese tipo de espasmos sería según el, un crimen subjetivo.
°°°Les debo las fotos de mi manjar, las tiene Yoha.

martes, 17 de febrero de 2009

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Recogí en un pedazo de cristal el mar que se coló entre mi escafandra,
y cargo ahora en mi bolsillo una magia que me hace volar,
que tiene el espectro del brillo de los ojos sobre los ojos superpuestos,
que esculpe en los cuerpos la cadencia de un silencio.
Agito mi mano, y te veo,
agito mi mano y te beso.

domingo, 15 de febrero de 2009

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como un resorte enredado en el árbol,
deslizo mis pies en el viento,
las pinturas ya no tienen todos los tonos que quiero.
He creado mi paleta de un collage de jarros nuevos,
he pegado mis recuerdos para ver si así me entiendo.
Ya mi cabeza no dicta en una linea sonetos,
ella ha optado por cantarme directamente en los besos.
Yo ya no tengo colores,
yo ahora los creo,
ya no necesito mis ojos,
pero conservo mis sesos.


a veces creo que estoy loca,
quiero mis pinceles nuevos,
mi mente canta en el atrio
las canciones de los sueños,
de los sueños.

lunes, 9 de febrero de 2009

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vale la pena que este papel arrugado vea la luz.

lunes, 2 de febrero de 2009

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Me gustan los libros que compro al azar.Y de alguna forma lo que menos está allí es eso, el azar.En lo personal , los libros tienen algo parecido al vino, tienen su momento, su color, su lugar, su encanto.Escojo un libro como escojo el vino.Escojo el momento para leerlo entre mi espasmódica felicidad.
Tiendo además a tener una primacía de las cosas viciadas en algo por el caracol de mi mente y el vértigo de mis entrañas.No quiero, ni me importa que me entiendan, que me escarben y me miren, ni que soterradas miradas apuntalen en mi cabeza juicios en algo vanos.
Y el viernes pasó.
Tenía hambre y no tenía plata, bueno , en verdad si tenia, pero rara vez como algo fuera de mi casa, solo una buena fruta o una compañia me hacen salir de mi rito de no almorzar casi-nunca.Miré opciones y ninguna, aparte del almuerzo vegetariano de Sésamo ( ahí sobre la Jimenez) me llamaba la atención, pero ni modos tenia 3 mil pesos y lo del trasmi, así que adiós vaga idea de almorzar; enhorabuena me acorde de cuando comía gratis en el teatro de chapinero (papitas fritas y gaseosa) y veía buenas películas. En la cinemateca, igual que en el teatro de chapinero dan función gratis (incluído el sanduchito), me fuí para allá a plantarme en esa fila larga, llena de viejitos y de muchachos, de gente rara ( que no es tan rara), y personajes que mi inoficiosa memoria fotográfica luego pinta en los cuadernos, con hambre, un hambre ferozmente terrible y el sol sobre mi cara.Cabe aclarar que la fila no avanzaba, esperabamos la salida de la gente de la otra función, y mientras tanto mi cara se ponia del color del techo de mi casa, mi mente divagaba entre n mil cosas y los libros se resbalaban entre las manos.Ojeé a mi lado algunos libros de segunda que un señor al lado del embolador de zapatos ofrecía.
Eureka!!!
Y fue como ver un manjar, un libro que estaba buscando desde hace algún tiempo, mostraba seco su pasta dura y el olor de biblioteca vieja.Lo tomé.No hace falta decir que para mí ese fue suficiente almuerzo, ya sobraban los sanduches, los mangos y las mandarinas, ahí estaba ese libro, fuera de toda casualidad, como un Bonarda a punto de ser destapado, un sake bien frío.
Ese libro llegó a mi cuando muchas cosas se iban, llegó para abrirme una puerta tan grande que ni mis ojos secos y cansados pueden abarcar.