lunes, 27 de octubre de 2008

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Rodia
La mesa
La ventana
La silla
Los cuadros
El pensamiento
Rodia nuevamente
Una escena que se repite.
Un pasaje viejo que recalca su encuentro.
Una pisada, un firmamento.
Rodia pasa a las 3 menos cuarto, frente al mismo estante y la misma mujer cuya voz es megáfono de una compañía, cuya vida esta íntimamente atada (yo diría ahogada) por eso que ella llama obligaciones, eso a lo que yo llamo preocupaciones, eso que para ella es línea, para mi es niebla , eso que ella llama realidad yo lo llamo otro mundo más.
Rodia pasa a las 5 menos cuarto, arrastra sus pies por la selva de cemento. Ya de su voz no sale nada, ya ni voz propia tiene porque cuando habla solo oye lo que el Maestro Titiritero le ordena. Rodia en secreto canta por la noche, el a diferencia de los demás, tiene la llave de esto, juega a hacernos creer que es otro títere mas, el a cambio del resto, maneja sus propios hilos, el es su propio Titiritero.

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