sábado, 4 de octubre de 2008

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Acerco mi oído a la tierra,
Oigo la tersura del viento,
La serenidad de su vuelo.
Acerco mi oído a la tierra cada vez que me muero,
y lo hago para volver a vivir.




Del arbol que en el aire se posa, esta berenjena recojí,
justo antes de mi infinita caída del lomo de pegaso, la agarré y regresé aquí.

5 comentarios:

Brezza dijo...

me gusto este, es muy lindo
yoha

danae dijo...

gracias, ando ultimamnente a la cacería de berenjenas :)

danae dijo...

jejej, es el color del poema, y ps colores hay como el orden de los numeros...una buena forma de clasificarlos

Unknown dijo...

OYEEEEEEEE, ahora si te voy a contar la historia.... SI TE QUIERO CONTAR

es muy larga pero tengo que contarla o me voy a asfixiar, pasaron muchas cosas, muchísimas

danae dijo...

Desde mi hamaca (que solo es capaz de ser mecida por las risas de los niños) te oigo, soy tooda ojos