lunes, 8 de junio de 2009

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El espíritu castiga el autocastigo demente,la sal viva en los ojos, la no-alegría vívida.
Las volubles formas del hastío remedan la penosa ira del mar contra las rocas y carcomen la crispada estadía.
Parte a parte , como un rompecabezas que deforma el cuerpo y hace crujir las esencias; la fuerza del bravo río vence los tiernos fractales de la esperanza y la vida.
Parte a parte, por el anverso de la vida misma, echan raíces las irónicas hijas de la ira marítima,danzan su rito de juegos , transducciones ridículas, desangran la piel de las flores , se comen el brillo de los ojos con vida.
Al anverso de la vida ,como especie húmeda y fría se recrea la tristeza con las esperanzas perdidas.

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