d. Guarda el libro verde entre un collage de cintas de papel secas en el quiebre y los bordes amarillos anudados con quemones de cigarrillos blandos.No salimos-salimos-ya saldremos.
.11.32 Deben ser las 10.46; el reloj de d. cuenta horas de 47 minutos; si el bus no pasa caminaremos hasta la plaza de las rocas-fundidas-que-parecen-pechos y dormiremos ahí
.Como antes, un poco como siempre, solo un poco. Debimos haber viajado hace rato, despegarnos de este mecano aburrido y tieso y adueñarnos de la placita de los senos disecados por el viento. [Tan nuestro]
.Tres meses; algo asi. ESo llevamos desde que se fue l.Las noches en estas esquinas llenas de putitas son frías y su wiskey barato apenas calienta la lengua un corto momento.Bebemos a fuerza de no querer morirnos, como un pistoń desvencijado que funciona con el vapor ya casi frío[pasa el tiempo y ese troll futurista no pasa.DEsespero un poco y beso a d.]
.No tengo relojes, los boto, los pierdo, me los como, hago balancines con ellos; la última vez recompuse uno, se lo regalé a d. ; ella dice que mide un tiempo que no existe y que no cuenta, que las horas de 47 minutos son pura fantasía mía y.Quiere ser Matusalén, como el tipo de la revista que nos regalaron ayer
R[d] t: De-letrear una gimnopedia en los balbuceos diacrónicos de d. mientras caigo sobre las maletas y un jarrón con recuerdos podridos.Apenas llega ese universe red troll para deslizarnos en su alfombra de estrellas pegadas al mugre para entrar.No está lo suficientemente lleno, pero incorporarse es imposible entre los gemidos canturreados de d. y la hemoglobina saliendose de mí.
No valdría a pena mirarles a sus sucias caras.Pedirles ayuda a sus clichés postmodernos y de solidaridad sibarita.Se está bien acá, con el dolor punzante y fino, una cortada de gracia. y sus pies envueltos en cuero fino y cintas de satín.
Por las mañanas ellos dedican diez minutos a lustrar su magnifica pobredumbre llamada elegancia: zapatos brillantes para reflejar la hipocresía de los curvilíneos rostros, a iluminar y resaltar la suciedad que nos pertenece tanto; adentro el sudor penetrante, el movimiento de los dedos contra la humedad del suelo, una gamuza delgada en la arruga que hace el tiempo, esas vagedades barnizadas por sus pedazos de cuero
[[La idea de friccionar mi cabeza con dos senos de piedra resulta parecida a la ablución de las]].Esa última idea me hace eco.Pero no sè.No sè y eso no importa
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