viernes, 19 de diciembre de 2008

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Quince minutos de dulce amargo, de correr con niebla en la cara.
Una hora de espera, de frauduleta agonía.Oigo mi nombre.No es lo que espero, cojo un taxi a la luna, ahhhhh me largo de aquí, me hacen irme también.En el vórtice de la existecia, donde ambos lados se ven igual de oscuros un enano de cien metros me manda lejos, me explota.
Quince minutos.Corro. Esa maldita niebla se mete otra vez entre mi cabello mojado y el aroma de las flores marea mi mente.
Caigo.
Dos horas menos de vida, mi guardatiempos marca ahora una luna menos para mí, y mis rodillas,con sangre seca me recuerdan ese aparte que tanto me gusta: intento escribir, pero sólo me sale espuma.

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