jueves, 30 de abril de 2009

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Son de esas flores que se llaman euforia. Que rebosan rocío en la afligida sequedad. Las que exprimen su savia perenne en un espejismo sublime. Esas que se llaman embriaguez y atraviesan la piel con el olor de las lenguas, sujetan los hilos del tiempo y corean el éxtasis mediático.
Son catarsis de luces, zumbidos de olores. Las que se meten a mis ojos, a mi vientre y a mi todo, y me dejan pensando en el color del cielo, la impotencia del silencio, de la lentitud del hecho, la críptica del movimiento; en sus partes y en su todo. En que somos los instantes y los vacíos infames.

Y esas flores fortuitas me las comeré paciente, desentrañaré sus partes y les beberé su esencia.Las volveré recuerdo, estática y dinámica.Ambiguedades de fuerzas que definen el no-estancamiento

2 comentarios:

ROSA dijo...

Muy bonito post, te felicito
Un besito Rosario

danae dijo...

@poetas anónimos: los estaré visitando
@rosario: gracias:)